El Museo Adolfo Suárez y la Transición pretende ser un homenaje amplio y con perspectiva nacional, para que las distintas generaciones recuerden, conozcan y aprendan del trabajo que desempeñó nuestro cebrereño universal, Adolfo Suárez, en el proceso de la Transición, esta etapa fundamental para la definición de nuestro país, así como un homenaje a las personas que lucharon para que la llegada de la Democracia fuera posible. Muchos fueron los protagonistas de este proceso pero especial mención merece, sin duda, la figura del cebrereño Adolfo Suárez, el primer presidente democráticamente elegido desde 1936, que supo liderar el proceso de construcción del estado democrático en el que vivimos a día de hoy. El Ayuntamiento de Cebreros, promotor e impulsor de este Museo, promovió una exhaustiva y cuidadosa intervención para restaurar y reconstruir las ruinas de la Iglesia de Santiago, conocida como la Iglesia Vieja de Cebreros, que ha permitido que este marco singular albergue el Museo Adolfo Suárez y la Transición.

La Iglesia de Santiago Apóstol de Cebreros del siglo XVI está declarada como Bien de Interés Cultural por su riqueza arquitectónica y su valor escultórico y artístico. Sabemos que Alonso de Covarrubias fue quien trazó los planos; este arquitecto de la Catedral, el monasterio y el arzobispado de Toledo dejó la obra en manos de Pedro de Tolosa tras su muerte. Pedro de Tolosa, primer maestro de la cantería del Monasterio del Escorial, continuó los trabajos, lo que confirió a la iglesia de Cebreros un estilo prácticamente herreriano. Sus dimensiones son 54 metros de largo, 26 metros de ancho y 22 metros de alto en el interior. La portada principal destaca por ser sobria y lisa; a la derecha encontramos la torre campanario y la portada principal, originalmente dedicada a San Roque, en cuya hornacina sobre pedestal se halla la escultura de Santiago Apóstol peregrino, colocada en 1659, momento en el que se concluyó la iglesia. En el interior observamos una gran planta de salón con tres naves en la que destaca el retablo, sin duda una de las mayores muestras del arte abulense. Realizado en madera de pino y policromado en pan de oro, cuenta con obras de alto valor artístico, entre las que destacan las pinturas de Giuseppe de Leonardo.

La Iglesia Vieja de Santiago fue construida en la segunda mitad del S. XIV en estilo gótico isabelino propio de la época y reconstruida en el S. XV. Perdió su condición de parroquia a principios del S. XVII al construirse la nueva, la actual iglesia de Santiago Apóstol, aunque mantuvo el culto hasta el S. XIX. Posteriormente albergó tantos y tan diferentes usos que provocaron que se convirtiera en una ruina de la que destacamos su rica portada con decoración propia de la provincia, el perlado abulense, la robusta torre de tres cuerpos descendientes en altura y las esbeltas arcadas interiores que definían las tres naves, el altar y las capillas laterales. La restauración y reconstrucción de las ruinas de la Iglesia Vieja han permitido entrelazar la historia contemporánea reciente y el presente a través de sus piedras con la construcción del Museo Adolfo Suárez y la Transición, a la vez que se garantizaba la conservación de esta bella muestra del patrimonio artístico de Castilla y León que nuestros antepasados nos legaron.

La ermita de Valsordo, espacio de devoción de los cebrereños a la Virgen de Valsordo, se halla a escasos dos kilómetros de la villa, junto al río Alberche. Rodeada de pinos, jaras y cepas de garnacha, no se conoce con exactitud su fecha inicial (ya aparece mencionada en el siglo XIII) y su construcción ha evolucionado con el tiempo. Arquitectónicamente, presenta planta de salón de una sola nave, con sacristía a la izquierda y el camerino de la Virgen en el presbiterio. A la derecha se extiende un porche con cinco pilares de piedra y un artesonado de madera, donde destaca un reloj de sol de 1688. Al otro lado se adosa la casa del ermitaño, con una ventana fechada en 1647. En el entorno hay varias estaciones del Vía Crucis y dos altares al aire libre para la romería del primer domingo de mayo. A la entrada se erige la Capilla de la Virgen Chica. Entre 1985 y 1986 se llevó a cabo una restauración que reconstruyó por completo la cubierta, revelando un artesonado mudéjar que hoy adorna la ermita.

La Picota, o rollo de justicia, es un monumento del siglo XVI símbolo de la jurisdicción propia de Cebreros. Se ubica en la parte baja del pueblo, junto a la antigua calzada que unía Valladolid con Toledo. Está formada por cuatro elementos principales: una basa cuadrangular de piedra, un fuste liso, un capitel coronado con cuatro volutas salientes y querubines apuntando a los puntos cardinales, y una pirámide truncada que flanquea la parte superior. Fabricada en granito centenario, la Picota ha resistido íntegra el paso de los siglos. Hoy es una parada obligatoria desde donde se pueden contemplar vistas al valle del Alberche, al extremo de la sierra de Gredos y al monte de Guisando.

A poco más de tres kilómetros de Cebreros en el camino en dirección al río Alberche nos encontramos con el puente de Valsordo y Santa Justa. Por Cebreros discurría según varios escritos una calzada romana que incluía un puente sobre el río Alberche, que posteriormente se convertiría en el camino imperial de Toledo a Valladolid de la Cañada Real Leonesa oriental debido a la trashumancia de ganados. Con el desarrollo de la Mesta en el siglo XIII, Cebreros se vuelve en un lugar de paso obligado de ganados. A lo largo de las cañadas había contaderos de animales y uno de éstos se hallaba en el puente de Valsordo y Santa Justa. Se supone que el puente de Valsordo aún teniendo reconstrucciones medievales tuvo que tener un primer origen romano porque cuenta con arcos de medio punto, mientras que los medievales tenían arcos de ojiva. De los tres arcos, el central es de mayor tamaño y el puente tiene perfil de doble asno o a dos aguas con un tajamar contra corriente y con calzada lastricada. Antes de pasar al puente encontramos la inscripción:

En una hermosa zona de la Villa de Cebreros entre viñas y pinares y sobre el arroyo de la Pizarra encontramos el puente de San Marcos, de un solo ojo, tajamar a dos aguas y con paramentos laterales, se cree que es de traza romana-románica con varias reconstrucciones. A continuación de este, en un camino a la izquierda se alza ante nuestra mirada el puente del Becedas. De mayor tamaño que el de San Marcos, con calzada lastrillada y de un solo ojo, destaca el lomo de lobo en el machón, siendo achatado desde su tajamar.

En Cebreros se funda en el siglo XVI el Convento “Dulce nombre de Jesús” del que a día de hoy sólo quedan sus ruinas. El cebrereño Bachiller Francisco de Albornoz, clérigo de la villa, es el fundador de este convento el cual ya anteriormente había puesto en marcha en la localidad el antiguo hospital de pobres y enfermos. Su advocación sería a los Franciscanos Descalzos. De su arquitectura cabe destacar que el convento fue una construcción sencilla, sobria y austera respondiendo a las características propias de la orden. Se empleó sillares de ladrillo y piedra y estaba configurado por la iglesia, las celdas de los monjes, un patio interior y las dependencias propias de un convento, es decir, cocina, cuadras, huerto, librería, estanque etc. Su ubicación es en el Valle, una zona que a día de hoy continúa en parte no urbana en la zona noreste de Cebreros. Con el paso del tiempo he influido por el guerra napoleónica francesa finalmente el convento tiene que cerrarse, concretamente el 7 de octubre de 1834 aparece en las actas capitulares la decisión de cerrarle aunque estuvo funcionando hasta mediados del año siguiente. De las ruinas del convento pueden observarse restos de la antigua iglesia, dos arcos laterales de los altares, así como algún muro de sillar del antiguo estanque

Camilo José Cela convivió con los cebrereños entre 1947 y 1950 por temporadas. Aquí encontró la tranquilidad necesaria para terminar La Colmena e inspiración para narrar la vida de estos pueblos de gente tradicional y dura, en obras como El gallego y su cuadrilla, donde se hacen numerosas referencias a Cebreros y que marcarían una etapa decisiva en la trayectoria del escritor.

Hablar del Carnaval de Cebreros es hablar de una parte importante de la historia costumbrista abulense e incluso española y de una de las fiestas más importantes de la provincia de Ávila al haber sido declarada como Fiesta de Interés Turístico Regional en 2009 y en España tras ser declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2021.

El primer domingo de mayo y como manda la tradición tiene lugar la Romería en el paraje de la ermita de Valsordo. A mediodía se celebra la solemne misa a Nuestra Señora la Virgen de Valsordo en la que cientos de cebrereños participan con especial devoción. Al final de la misa tiene lugar la procesión rodeando su ermita y ésta termina con la subasta y la puja de los banzos, para tener el honor de meter y colocar a la Virgen en el trono exterior que se habilita delante de su camerino.

Las fiestas patronales de Cebreros son celebradas en Honor a la Virgen de Valsordo coincidiendo con la festividad del 15 de agosto, día de la Patrona. Tienen una duración de cinco días contando la víspera.

En el año 2000 tuvo lugar en Cebreros la I Fiesta de la Vendimia. La creación de esta fiesta se concibió como defensa de la tan importante tradición vitivinícola de Cebreros y la calidad de sus vinos, poniendo en valor la difusión y el conocimiento a las generaciones más jóvenes, del proceso de corta y pisa de la uva, a la vez que se defiende la histórica labor agrícola de la vid a las actuales elaboraciones.

De Cebreros destacan los dulces y el vino como formas más representativas de su gastronomía popular. Aunque a lo largo del año se degustan los dulces típicos cebrereños, es con el carnaval la época del año de mayor elaboración de estos manjares para el paladar. En Cebreros se llega a decir que huele a Carnaval, cuando por las ventanas de las cocinas de las casas cebrereñas fluyen los olores de esos dulces tan típicos de la fiesta por antonomasia de la villa.